Autores: Departamento de Innovación y Mejoramiento Educativo de la División de Desarrollo y Planificación Educacional de la Dirección de Educación Pública, en colaboración con Consultora FOCUS.

Resumen:
El primer principio del Sistema de Educación Pública, expresado en la ley n°21.040, hace alusión a la convivencia como parte inherente de la educación integral. La convivencia —el aprender a convivir y a ser “con otros”—, así, es valorada como un elemento insoslayable a la hora de proveer educación de calidad. Esto también es asumido por las instituciones que conforman el Sistema Nacional de Aseguramiento de la Calidad (SAC): el Ministerio de Educación, la Agencia de Calidad de la Educación, la Superintendencia de Educación y el Consejo Nacional de Educación. Las comunidades educativas, en consonancia, paulatinamente la han reconocido como un elemento constitutivo de la labor educativa que les cabe. Así pues, la convivencia está instalada institucionalmente como un elemento fundamental de la buena educación. Ahora bien, ¿qué es, específicamente, la convivencia?, ¿qué se puede hacer para mejorarla?, ¿cómo orientar a los establecimientos en la implementación de estrategias que les permitan mejorar la convivencia y su gestión?

Las siguientes herramientas buscan otorgar guías prácticas que ayuden a responder estas preguntas, ayudando así a operacionalizar las orientaciones rectoras del Ministerio de Educación en la materia.

De esta manera, estas herramientas son “un apoyo a los que apoyan”. Ofrecen una guía concreta a los equipos territoriales de las Subdirecciones (Unidades) de Apoyo Técnico Pedagógico de los Servicios Locales, para que, en su rol como asesores técnico pedagógicos de los establecimientos, apoyen sus procesos de gestión de la convivencia educativa, en consonancia con lo expresado en las Bases para un Modelo de Apoyo Técnico Pedagógico en Educación Pública (DEP, 2018).

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